martes, 23 de diciembre de 2008



Dos documentales imperdibles
Las vidas de Cooke y de Sabato: ¿y si las vuelven a proyectar?


Si el Festival de Cine de Mar del Plata también incluyera el voto de los espectadores para premiar películas fuera de la competencia oficial, y de tal modo decidir qué producciones podrían repetirse en los últimos días, ya estaríamos votando por dos documentales que fueron proyectados en las salas del Ambassador el pasado fin de semana, en las secciones de Vidas Argentinas (INCAA junto al Centro Cultural Caras y Caretas) y Funciones Especiales.Porque creemos que son para recomendarle a los amigos y a quienes se inclinan por el cine revelador y comprometido, además de bello, estos dos títulos: "Alicia y John: el peronismo olvidado" y "Ernesto Sabato, mi padre".El primero, proyectado viernes y sábado, dirigido por Carlos Castro, cuenta la pasión y muertes de John William Cooke y Alicia Eguren, es decir el primer delegado de Juan Domingo Perón tras emprender el exilio y quien fuera su compañera, dos personalidades de fuego que protagonizaron la Resistencia Peronista, la que se abre tras el golpe gorila de 1955, y que inspiraron, desde sus itinerarios de fervor revolucionario y desde sus escritos, nada menos que "la tendencia", el peronismo de izquierda.Un peronismo que debía de ser de "extrema izquierda" según dice el mismo Cooke en una de las últimas cartas que a lo largo de diez años se cruzó con Perón, desde que éste lo nombró su personero y él estaba encarcelado, hasta 1966, cuando ya instalado en la Cuba de la Revolución le comunica al General, que para su decepción permanece en la España de Franco, que Fidel Castro lo invita a vivir en la isla caribeña hasta tanto no pueda regresar a la Argentina.El documental rescata así a dos figuras claves en el precursor peronista de ese "mejor no enterarme" que primero la represión y luego el terror impusieron en un país que a pujos de apasionamientos, ideas e injusticias, parió ese fenómeno múltiple llamado peronismo que ha sido capaz de producir personajes como Cooke un gordo a quien, apenas llegado a Cuba, el Che Guevara cargaba diciéndole que con su panza estaba más para la guerrilla urbana que para la guerrilla rural como la misma Eguren, una militante tan brillante como jugada, una de las pocas en animarse de cuestionar en persona a Perón, o como un Antonio Cafiero, por citar un ejemplo de justicialismo aburguesado, quien fiel a la caricatura de sí mismo, parece que todo lo justifica al dar su testimonio para la película, sean las jugadas a dos puntas de Perón como el olvido en que "los compañeros" sumieron a Alicia y John.Al día siguiente, la presentación del documental "Ernesto Sabato, mi padre" fue un momento impregnado de magia. Mario Sabato, destacado cineasta, uno de los tres hijos del escritor, entró al microcine mezclado entre los espectadores, bolsito al hombro, la campera molestando en el otro brazo, con un aire de "bueno... yo pasaba por acá", y presentó su trabajo, advirtiendo que se trataba de una película que el hijo hace sobre su padre. Claro que se trata de un padre de enorme notoriedad.Los escenarios cansinos de Rojas donde se establecieron los abuelos de Ernesto y de Santos Lugares son recorridos por el Sabato melancólico que todos reconocen, pero llegarán los momentos de mostrar a un Ssbato increíblemente gracioso en la intimidad familiar y también los que Mario Sabato, el hijo, utiliza para meterse en su misma película, para describir (y transmitir) apenas un puñado de tesoros de una vida junto a un grande, reserva intelectual y moral del país.Las películas sobre las vidas de John William Cooke y Ernesto Sabato no vuelven a aparecer en la programación pero, como decíamos al comienzo, merecen volver a ser proyectadas.En la sección Vidas Argentinas se anuncian "Norma Arrostito, la Baby" para este martes a las 21.45 en el Ambassador 3 y para mañana miércoles a la misma hora en el Ambassador 4. "Haroldo Conti, homo viator" está prevista para el jueves 13 a las 18.45 en el Ambassador 3 y para el viernes 14 a las 21.45 en el Ambassador 4.


Fuente Diario La Capital - noviembre de 2008

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