lunes, 3 de agosto de 2009

Los olvidados

La memoria es frágil, cuesta ponerla en funcionamiento cuando se trata de hilvanar la historia de dos personajes condenados al olvido. Así sucedió cuando comenzamos a esbozar los primeros trazos de la película documental sobre Alicia Eguren y John William Cooke, los desterrados del peronismo y de la política argentina.


















No hay casi materiales fílmicos donde aparezcan, no hay plazas, bibliotecas o salones del Congreso que lleven su nombre. Solo una calle perdida al final de Pompeya, entre camiones y chatarras de automóviles se conoce como “ la Cooke”. Cuando un día la visitamos al empezar a rodar el documental, los vecinos estaban más cerca de afirmar que ese apellido se debía más a un pirata inglés que a un político argentino. Sin embargo, el país de la desmemoria tiene muchas coherencias, la Cooke de Pompeya está pegada a otra calle, la Julio Troxler.
John Willian Cooke es el modelo de intelectual que pone el cuerpo, porque además de una producción de ensayos increíbles o una retórica inusual en la correspondencia con Perón, el Bebe o el gordo, como también le decían, utilizaba toda su gran humanidad cuando las condiciones lo requerían. Ese coraje desmedido lo llevaba a plaza de mayo a disparar con su pistola 45 a los marinos que durante el bombardeo de junio 55 llenaban de muerte a Buenos Aires o protagonizar una fuga de película con personajes como Jorge Antonio, Héctor Cámpora y Guillermo Patricio Kelly, cuando escapaban del penal de Río Gallegos logrando refugiarse en Chile en 1957. El Bebe actuaba como pensaba, aunque también le gustaba la buena vida: concurrir a cada estreno películas de cowboy mientras devoraba varias tabletas de chocolate sin dejar de fumar un instante. Tomar el mejor whisky acompañado por una intensa partida póquer o danzar al ritmo del dos por cuatro, porque según dicen, bailaba el tango como ninguno.


















Alicia Eguren, en cambio, tenía una moral espartana. Su temprana relación con el catolicismo le había conferido una personalidad cargada de misticismo y mesianismo que la acompañaría hasta su muerte. Sin embargo, Alicia, acaso la mujer más hermosa de la resistencia peronista, acaso la más lúcida y acaso, vale la pena aclararlo, la más osada y temida por los milicos de la libertadora, ya en los años 40 se había abierto paso de los círculos intelectuales que integraba, porque detestaban o no entendían a Perón. Alicia Eguren, la vasca, porfiada y seductora como era, se había tomado muy en serio al peronismo, y seria allí donde su camino se cruzaría para siempre con el de Cooke.









Ambos recogieron el modelo de pareja política, como lo fueron Perón y Evita. Una especie de bolcheviques de los años 20’ pero a la argentina, que dejaban todo por la causa. Donde la influencia de Sartre no solo alimentaba sus lecturas políticas, sino también otra forma de concebir el amor, porque las libertades que cada uno se tomaba, nunca agredían la vida del otro.

Alicia la mujer de acción, de armas a tomar, la heroína, la pasionaria latinoamericana. John el intelectual, el rebelde, el seductor, el delegado díscolo de Perón. Fueron los ideólogos del intento de fusionar el peronismo con la revolución cubana. Los creadores de lo que pomposamente se llamaría más tarde Izquierda peronista, convirtiéndose así en herejes: dentro del peronismo eran considerados de izquierda, dentro de la izquierda, de peronistas.


















Se complementaban, se amaban, algunas veces se separaban y regresaban, porque también así es el amor.
Nada más seductor para hacer una película.
Así comenzó entonces hace más de 2 años en La Habana, la aventura de reconstruir esta historia para transformarla en el documental Alicia y John el peronismo olvidado. Donde testimonios, actores y documentos escarban en conjunto para intentar sacarlos del olvido. Y si bien es cierto que la memoria siempre olvida algunas verdades, porque que es frágil, siempre es bueno retomarla, recuperarla, puesto que perderla es como perder una fortuna.

Carlos Castro

Extraído de la Revista Caras y Caretas agosto de 2009.-

2 comentarios:

  1. Tengo 33 años, y llegue a Cook por mi padre que estuvo muy cerca de la FURN, yo he podido leer sus cartas su pensamiento y tengo que decir que Cook es un personaje excepcional y raro. Cuando los gorilas bombardeaban la plaza en el 55`el estaba a los tiros una persona coherente al cien por cien durante 20 años de democracia (80 y 90)fue un personaje olvidado intensionadamente como asi tambien Cacho El Kadri y tantos otros. Los que nos oponemos al libre cambio, los que creemos en el desarrollo de la nacion y en el estado como principal protagonista en el camino hacia una patria justa libre y soberana lo tenemos como una estrella en nuestro firmamento. Los muertos que vos matas gozan de buenas, las ideas de Cook son imperesederas. Saludos carlos y que vaya todo bien con el documental, un abrazo.

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