Abandonado por la conducción peronista y distanciado de su líder, su testimonio de militancia alumbraría a los grupos revolucionarios que actuarían en los 70.
Después de 1960, el Bebe había experimentado una profunda transformación ideológica y política. Seducido por la revolución cubana, viajó una y otra vez a La Habana, con Alicia Eguren, y se hizo amigo del Che Guevara y de otros referentes de la izquierda latinoamericana. Incluso llegó a alistarse en las milicias para repeler la invasión a Playa Girón en 1961.
Perón, a finales de 1956 lo había nombrado delegado y si fallecía lo hacía heredero de su liderazgo
"Al Dr. John William Cooke
Buenos Aires
Por la presente autorizo al compañero doctor Don John William Cooke, actualmente preso por cumplir con su deber de peronista, para que asuma mi representación en todo acto o acción política. En este concepto su decisión será mi decisión y su palabra la mía.
En él reconozco al único jefe que tiene mi mandato para presidir a la totalidad de las fuerzas peronistas organizadas en el país y en el extranjero y sus decisiones tienen el mismo valor que las mías.
En caso de fallecimiento, delego en el doctor don John William Cooke el mando del movimiento.
En Caracas, a 2 días de noviembre de 1956.
Juan Perón."
hasta la victoria siempre, compañero Cooke!
ResponderEliminarjustamente me estaba acordando de eso el sabado, y te comento que en la semana pasada han pasado en canal encuentro un documental del Bebe, bastante bueno, fijate que debe estar para bajarlo...
ResponderEliminarSaludos